Fingir calma es anestesiarse y archivar las emociones en el cuerpo, mientras que la autenticidad es un acto de resistencia y la victoria más valiente que nos libera.
El amor no debe doler tanto, porque confundir el control con pasión y el sobrevivir con amar es un laberinto lento que te hace perder tu voz y te obliga a reconstruir tu valor sin los moldes de otro.
Vivir con TDAH es un motor caótico y encendido que convierte la intensidad de no encajar en collages, usando la creación como un acto de supervivencia y honestidad emocional.